En las manos, en los pies, en la cabeza, en las piernas… El picor afecta a la piel por lo que puede aparecer en cualquier zona del cuerpo. Constituye uno de los criterios principales para su diagnóstico. Prácticamente todos los pacientes con dermatitis atópica lo padecen.
Altera la vida de las personas que lo sufren, pudiendo dificultar la conciliación del sueño y producir despertares durante la noche.
Se inicia con mucha facilidad, es prolongado, crónico y difícil de tratar. Además con mucha frecuencia las personas con dermatitis atópica entran en un círculo vicioso picor-rascado, que lleva al empeoramiento y mantenimiento del picor.
Como picantes o especiados
muy calientes y alcohol
En general, el uso regular de hidratantes (emolientes), el estar en habitaciones frescas, los baños frescos o templados, el descanso y evitar el rascado te ayudarán a mitigar el picor.
No frotes tu cuerpo con esponjas o similares. Límpiate suavemente con las manos.
Date duchas o baños cortos frescos o tibios, sin que el agua supere nunca los 34 ºC.
Utiliza jabones no alcalinos suaves, hidratantes y aceites de ducha/baño.
Sécate con toquecitos, evitando frotar la piel.
Hidrata la piel diariamente con un emoliente tras la ducha y el baño.
No utilices algodón para limpiar tu cara; reemplázalo por un producto limpiador suave y retira lo que sobre con un pañuelo de papel o acláralo con agua.
Cuidado con el sudor al exponerse al sol y al hacer ejercicio.
Tras un baño en la piscina o la playa, aclárate siempre bajo la ducha y aplica un emoliente.
Hidrata tu piel.
Aplícate agua termal vaporizada y después un emoliente.
Aplícate frío: mete el spray de agua termal en el frigorífico. Vaporiza y a continuación dale aire para aumentar la sensación de frescor. Puedes utilizar también compresas frías o compresas frías con té negro.
Para el picor nocturno: aplicar un emoliente antes de acostarse con, por ejemplo, urea o mentol.
Evita un abrigo excesivo, para minimizar el sudor.
Utiliza ropa suave como el algodón (evita tejidos sintéticos y la lana).
Utiliza detergentes normales, pero aclarando muy bien la ropa para eliminar los restos.
Recorta siempre las etiquetas de la ropa.